Cada vez que me prometías amor eterno, olvidaba que la eternidad también puede ser una herida sin fin.
Tantas veces te prometí amarte hasta el infinito y más allá, ahora me odio por saber que en realidad era solo un límite temporal que mi corazón no pudo soportar.
Te amé con todo mi ser, pero me lastimaste con el doble de fuerza. Ahora, solo puedo recordar nuestras promesas rotas y fingir que toda esta herida no duele en lo más profundo de mi corazón.
Me juraste amor eterno, pero tus acciones me han dejado herido. Ahora entiendo que el amor también puede lastimar, y es triste darme cuenta de que te convertiste en mi propia herida.
Me entregué a ti con la esperanza de ser el último capítulo de tu libro de amor, pero solo fui una página arrancada y olvidada en el camino.
Me entregué a ti sin medidas, pero me lastimaste como si fuera solo un juego. Ahora sé que el amor puede doler más que cualquier golpe físico.
Me entregué por completo a su amor, pero al final solo fui una parada en su camino, un capítulo en su historia. Aprendí que, a veces, el amor duele más cuando es falso.
Me enamoré de ti y ahora mi corazón es como un campo de batalla, lleno de heridas que sangran de amor.
Te amé con la intensidad de un huracán, pero fuiste solo una brisa fugaz que desgarró mi corazón en mil pedazos.
Aunque sé que me lastimas, sigo aferrado a nuestro amor como un buzo al último aliento de vida bajo el océano.
Me enamoré de ti, pero descubrí que amarte duele más de lo que pensé.
Me enamoré de tus promesas, pero me lastimaste con tus excusas.
Te amaba tanto, que me dolía verte amar a alguien más.
Pensé que me amabas, pero descubrí que solo era un juego para ti. Ahora mi corazón lastimado se pregunta si alguna vez seré capaz de creer en el amor de nuevo.
Todo comenzó con un «te amo» que se convirtió en un «te extraño» y terminó siendo un «ya no puedo más». El amor duele cuando el corazón se cansa de esperar lo que nunca llegará.
Me rompiste el corazón en mil pedazos, pero aún así no puedo dejar de amarte.
Me entregué a tu amor sin límites, pero solo encontré cadenas que me aprisionaban en la oscuridad de tu indiferencia.
Prometí amarte para siempre, pero mi corazón decidió seguir otros caminos. Ahora me duele más a mí que a ti, porque sé que lastimé el amor que una vez nos unió.
Me enamoré de ti con toda la intensidad de mi ser, pero me lastimaste con la misma fuerza. Ahora, el amor que alguna vez nos unió se ha convertido en un dolor constante que no puedo ignorar.
No puedo evitar amarte, aunque sé que me lastimas en cada palabra que pronuncias.