Eres mi café mañanero, mi playlist favorita y mi libro de poemas clandestino; eres ese amor que despierta pensamientos en blanco y negro, dejándome preguntando por qué los latidos del corazón suenan tan fuerte cuando estás cerca.
Sé que el amor es un caos maravilloso, donde los corazones se enredan y las almas se entremezclan, pero no importa cuánto lo estudie, nunca entenderé cómo una mirada tuya me desarma por completo y me deja pensando si alguna vez podré encontrar palabras suficientes para describir lo que siento por ti.
Si el amor fuera una ecuación, tú serías el número desconocido que deseo resolver todos los días.
Me perdí en el laberinto de tus ojos, y ahora cada vez que los encuentro, mi corazón se vuelve un explorador sin brújula, sin mapa, pero lleno de ganas de perderse contigo una y otra vez.
Tus ojos son el mapa que guía mis sueños, despiertas en mí una curiosidad intrínseca por descubrir el infinito universo que se esconde tras ellos. Cada mirada tuya es un suspiro al corazón, una promesa de aventuras por compartir y un recordatorio constante de que el amor verdadero trasciende las palabras y se encuentra en la profundidad de los silencios.
Me perdí en el laberinto de tus ojos, y ahora, en cada esquina de mi mente, solo encuentro pensamientos que se alimentan de ti.
Tú y yo somos como el rompecabezas más complejo, cada pieza encaja perfectamente contigo, pero nunca logro descubrir cómo encajo yo en tu mundo.
Cuando el amor te atrapa, cada célula de mi ser baila al ritmo de tus latidos, y en esa danza etérea, descubro que en tu abrazo se esconden todas las respuestas a preguntas que ni siquiera sabía que tenía.
Sé que el amor es como ese café caliente que uno se toma de un solo sorbo, pero contigo descubrí que también puede ser como aquel té que se bebe lentamente, deleitando cada sabor y dejando pensamientos dulces en cada sorbo.
No fue hasta que te conocí que entendí que, a veces, el amor no solo se trata de mariposas en el estómago y corazones acelerados, sino de encontrarse con alguien que te desafía a ser una mejor versión de ti mismo. Es como si hubieras desenterrado un tesoro escondido en lo más profundo de mi ser, y cada día descubro más y más razones por las cuales me vuelvo loco por ti. Eres mi musa, mi inspiración y el motivo por el cual mi mente nunca deja de preguntarse cómo sería la vida sin ti.
No sé si es el destino o simplemente una casualidad, pero desde que te conocí, mis pensamientos no han dejado de girar alrededor de ti. Eres mi pequeño caos ordenado, el motivo detrás de todas mis sonrisas y la razón por la que me vuelvo loco tratando de entender cómo alguien tan perfecto puede existir en este mundo tan imperfecto. No puedo evitar quedarme despierto por las noches reflexionando sobre cómo llegaste a formar parte de mi vida, y cada vez que lo hago, me doy cuenta de que no importa cómo, solo estoy agradecido por tenerte a mi lado. Porque contigo, todo tiene sentido.
No sé si es el destino o simplemente mi corazón terco, pero cada vez que te miro siento una conexión inexplicable que me hace pensar que existimos en la misma melodía, aunque nuestras vidas sigan ritmos distintos.
Me perdí en sus ojos como si fueran constelaciones, y en cada parpadeo descubrí un universo infinito que me dejó pensando en lo pequeños que somos ante tanta grandeza.
Cuando sus ojos se encuentran con los míos, el mundo se detiene y mi corazón comienza a correr una maratón de emociones.
Nuestro amor es como ese libro que nunca termina de escribirse, cada página llena de aventuras y emociones que me deja pensando en cuántas historias aún tenemos por vivir juntos.
Soy una tormenta de emociones, un torbellino de sentimientos que desafía cualquier lógica. Te amo de una manera inexplicable, y aunque sé que no puedo controlar mi corazón, me pregunto si acaso algún día entenderé la magia que provoca tu simple presencia en mi vida.