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Desperté entre tus brazos y comprendí que mis sueños no eran más que preludios fugaces de la realidad que se dibujaba junto a ti.
Dicen que el amor es como una montaña rusa, te lleva a alturas inimaginables y te hace sentir mariposas en el estómago. Pero también te reta, te confronta y te enseña cosas de ti mismo que jamás imaginaste. El amor es un viaje lleno de emociones y aprendizajes. Por eso, prefiero amar sin miedo, sin inhibiciones y sin límites. Porque al final del día, vale la pena dejar que el amor nos saque de nuestra zona de confort y nos haga crecer como personas.
Cuando te miro a los ojos, el universo desaparece y solo existes tú y yo, como si todo lo demás se borrara por un instante. Es en ese preciso momento que me doy cuenta de que el verdadero amor no se trata de encontrar a alguien perfecto, sino de encontrar a alguien imperfecto y amarlo perfectamente.
En cada beso que robamos al tiempo, se esconde la certeza de que el amor es el único ladrón que deja su huella en el corazón.
Cuando te miro, el mundo se detiene y solo existes tú. Pero a veces me pregunto si tú también sientes esa pausa en el tiempo cuando nuestros ojos se encuentran.
Mis pensamientos son como mariposas que revolotean en mi mente, pero solo tú eres el dulce néctar que los mantiene cautivos en tu amor.
Miro tus ojos y descubro en ellos un universo lleno de misterios y preguntas sin respuesta. Me sumerjo en tus labios y siento que mi mente se llena de enigmas por resolver. Tu amor es un rompecabezas fascinante que me desafía a explorar cada rincón de tu ser, dejándome pensando en cada pieza que conforma este increíble puzzle llamado tú y yo.
Me encontré con el amor en un suspiro silencioso, donde las miradas hablaban más que mil palabras y los corazones se entrelazaron sin siquiera tocarse. Ahora, cada latido me susurra historias de amor eterno y cada pensamiento me lleva de vuelta a aquel momento mágico donde tú y yo nos convertimos en una sola melodía.
Aunque el amor es un juego de riesgos y desconciertos, siempre apostaría mi corazón en tus manos, porque aunque no tenga las respuestas, sé que junto a ti encontraré las mejores preguntas.
Enredado en tu mirada, me pierdo entre susurros de mariposas que crean un caos apacible en mi ser, dejándome pensando si el amor es solo una locura del corazón o la lucidez más hermosa que nos regala la vida.
Éramos dos almas perdidas en un mundo de conexiones fugaces, pero cuando te vi, supe que nuestros corazones estaban destinados a encontrarse y romper todos los moldes del amor convencional. Ahora, cada vez que nuestro abrazo se convierte en un refugio de incertidumbres y nuestras miradas hablan en silencio, me pregunto si somos la respuesta a todas esas preguntas que aún no nos hemos atrevido a formular.
El amor es como un puzzle interminable, siempre queda una pieza por encajar, pero encontrar a alguien que quiera terminar el rompecabezas contigo es simplemente mágico.
Cuando me miras, siento que los relojes se detienen y el mundo se desvanece. Eres mi propia suspensión del tiempo, el caos perfecto que desordena mis pensamientos y me hace cuestionar si alguna vez existió algo más importante que este instante contigo.
Cuando me miras, se detiene el tiempo y mi mente se llena de preguntas sin respuesta. Tu sonrisa me cautiva y tus ojos me cuentan historias que despiertan mi curiosidad. Eres un enigma que deseo descifrar cada día, dejándome pensando en el infinito misterio que encierra tu amor.
En el laberinto de tus ojos encontré un infinito de suspiros, mientras mis pensamientos se enredaban en la maraña de tu sonrisa. Sin darme cuenta, me perdí entre las curvas de tus palabras y me encontré a mí mismo queriéndote más de lo que jamás imaginé. Ahora, cada vez que cierro los ojos, veo la estela de tus caricias, dejándome pensando en cómo es posible que un amor tan intenso quepa en este corazón desbocado.
Eres el caos más hermoso que habita en mis pensamientos, la tormenta que desordena mi tranquilidad y el enigma que me mantiene despierto en las noches.
Enredado entre los suspiros y las miradas, descubrí que el amor no se trata de tener, sino de ser; ser la calma cuando todo es tormenta, ser el abrazo que cure todas las heridas. Y es ahí, en ese abrazo donde encuentro mi paz y comprendo que el mejor regalo que puedo darle al mundo es amarte sin medida, dejando que nuestras almas se entrelacen en un baile eterno de emociones.
Cuando te miro a los ojos, veo el reflejo de mi alma sonriendo y preguntándose cómo es posible que alguien como tú exista en este caótico mundo.
No puedo prometerte el para siempre, pero sí asegurarte que cada instante a tu lado será un infinito en mi corazón. Te amo, sin límites, sin fronteras, simplemente te amo y eso basta.
Cuando me miras, todos los demás desaparecen y sólo existe ese brillo en tus ojos que me hace preguntarme cómo es posible que el tiempo se detenga en ese preciso momento.