Me haces sentir mariposas en el estómago, pero también me haces soltar una que otra flatulencia de nervios. En fin, te amo con todas mis tripas.
No sabía que encontraría a alguien capaz de hacérmelo todo: sonreír, reír y hasta llorar de felicidad. Eres como un torbellino de emociones en mi vida, y nunca quiero que eso termine.
Eres mi playlist favorita, con canciones que me hacen suspirar y bailar al mismo tiempo.
Eres mi rayito de sol en días nublados, el abrazo que me devuelve la calma. No necesito poemas cursis ni promesas imposibles, solo quiero perderme contigo en nuestras risas y aventuras, porque contigo todo se vuelve más real y hermosamente caótico.
Me gusta cómo se te arrugan los ojos cuando te ríes, es un desorden adorable que despierta un torbellino de mariposas en mi estómago.
Cuando te veo sonreír, mi corazón hace un macarena emocional mientras mi cerebro grita «¡Esa sonrisa es la causa de mis mariposas revoloteando en el estómago!». Pero no te preocupes, prometo no ser tan cursi como las frases típicas de amor.
Me haces sonreír como un demente, y eso que soy un poquito difícil de conquistar.
Me di cuenta de que te amo cuando me encontré sonriendo como idiota mientras leía tus mensajes.
En tus brazos encontré mi hogar, donde las palabras sobran y el amor se desborda sin cursilerías ni poses.