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Tanto te quiero que hasta al ver tu foto en el móvil se me escapa una sonrisa de tonto, pero tranqui, no voy a adornarlo con corazones y florecitas, que aquí somos más de amor sin cursilerías.
Tu sonrisa es como una dosis de felicidad que me hace olvidar todos los problemas, pero tampoco te creas que vas a escapar de pagar la cena.
Me encantas en todos esos momentos inesperados, cuando te ríes con ganas y te olvidas de todo. Eres como un rayo de sol en un día nublado, me iluminas sin darte cuenta y eso, simplemente, me cautiva.
Eres mi rayo de sol en un día nublado, la chispa que enciende mi corazón y el motivo por el que siempre quiero despertar a tu lado.
Cuando te veo sonreír, siento un cosquilleo en el estómago que me hace recordar que el amor puede ser dulce y emocionante sin necesidad de ponerle corazones y arcoíris por todas partes.
Me derrito cada vez que me sonríes, es como si el sol se colara por mis venas y me llenara de calor. Y no es cursi, es que simplemente me haces sentir vivo.
Cuando estamos juntos, siento que el resto del mundo se vuelve un poco más llevadero y un poquito menos caótico. Eres mi refugio de paz en medio de esta locura llamada vida, y con solo mirarte, todos mis problemas se desvanecen.
Te vi y mi corazón se convirtió en una fiesta, pero sin tanto confeti cursi.
Cuando estamos juntos, mi corazón hace fiesta y mis mariposas revolotean como si tuvieran un Red Bull en las venas. Eres ese toque perfecto de dulzura y diversión en mi vida, sin necesidad de ser empalagosos.
Cuando te miro, las palabras cursis se quedan en el limbo y solo me queda decir que eres mi playlist favorita en esta vida caótica.
Sentir tus abrazos es como ponerse un suéter recién sacado de la secadora: acogedor, cálido y ligeramente desordenado.
Me encanta que encajemos tan bien, como el aguacate y el pan tostado: sabrosos por separado, pero juntos simplemente deliciosos.
Eres mi combo perfecto de risas, aventuras y cariño; contigo el amor es como una montaña rusa siempre emocionante y sin caídas empalagosas.
Pasas por mi mente más veces que la pizza por mi boca los viernes por la noche. Y eso, mi amor, es un nivel de obsesión digno de admirar.
Cuando estamos juntos, el mundo parece ser menos complicado y más divertido. Eres mi persona favorita para hacer tonterías, reírnos de todo y disfrutar cada momento sin preocuparnos por el qué dirán. Sin duda, contigo aprendí que el amor puede ser dulce y ligero, sin caer en lo cursi.
En medio de este caos llamado vida, mi corazón elige navegar contigo, porque tu amor es la brújula que me guía y la calma que anhelo en cada tormenta.
Eres mi persona favorita para compartir canciones desafinadas en la ducha y mirar películas hasta quedarnos dormidos en el sofá.
Contigo, hasta las canciones de desamor suenan a ritmo de fiesta y las lágrimas se convierten en risas enredadas entre nuestras carcajadas.
Eres mi playlist favorita, llena de canciones que hacen vibrar mi corazón al ritmo de tus abrazos y sonrisas.
No hay fórmulas mágicas para el amor, solo una conexión que nos hace ser cómplices de risas, aventuras y locuras. Juntos, somos un equipo invencible, sin cursilerías y con mucho sabor.