frases de amor malandro

Contigo soy un ladrón de suspiros, un fanfarrón del amor que roba besos a escondidas y guarda tus risas como un tesoro. Ser malandro en el corazón pero tierno en el alma, así soy yo contigo, mi cómplice en la travesura de amarnos sin límites.

Mi corazón es un delincuente que solo roba suspiros, pero contigo se detiene a descansar y se entrega sin medidas.

Iba a robarte un beso, pero se ve que ya me ganaste de mano.

Cuando te miro, se me olvidan todas mis malandragenes y solo quiero ser el más decente para ti.

Cuando me miras con esos ojos que parecen dos diamantes en bruto, siento que mi lado malandro se calma y solo quiere ser tu protector, tu complice, tu cómplice de travesuras interminables.

Mi amor, contigo hasta las travesuras se sienten más serias, y mis malandrices se convierten en gestos de ternura.

Cuando me miras con esos ojos tan chingones, siento que el mundo se me queda corto y que contigo todo es más cabrón.

Hago lo que sea por ti, hasta robarle una estrella al cielo y ponerla en tu mirada para que siempre brille nuestro amor clandestino.

Cuando te veo, se me olvida todo menos tu nombre y cuando me tocas, siento que el mundo se detiene un instante para disfrutar contigo. Ser malandro no significa no tener corazón, solo que sé cómo cuidarlo para que siga latiendo por ti.

Eres mi delito favorito, el único que no me importaría cometer una y mil veces, porque contigo cada error se convierte en acierto, malandrín de mi corazón.

Cuidado con tu sonrisa, malandrín, que me está robando más besos de los que mi corazón puede permitir.

Cuando me miras con esos ojos de pillo, mi corazón se alborota y mi mundo se desordena. Eres el ladrón de mis suspiros, el maleante que robó mi corazón y lo guardó bajo llave en tu pecho. Juntos somos la pareja más buscada, dos delincuentes del amor que siempre se escapan de la rutina.

Sabes, mi amor malandro, contigo siento que he encontrado al ladrón perfecto que ha robado mi corazón y no pienso reportarlo como perdido.

Ando más peligroso que un corazón enamorado, yo te robo sonrisas sin pedir permiso y te secuestro el pensamiento sin dejar rastro.

De la vida aprendí a ser un malandro, pero cuando te vi, mi corazón se convirtió en el más dulce pandillero.

Me enamoré de sus besos tan rudos, que me dejaban los labios marcados como tatuajes clandestinos en mi corazón de maleante.

Yo no sé de rosas ni de poesías cursis, pero me caes tan bien que hasta los ladrones en mi barrio sienten envidia de nuestro amor malandro.

Ey pana, yo sé que soy un malandrín de la calle, pero desde que te conocí mi corazón se ha vuelto un chorrito de amor. No necesito ser un príncipe azul para quererte con locura y cuidarte como nadie más lo hará. Eres esa chama que revoluciona mi mundo, que me hace pensar en cosas bonitas en medio de tanta trampa. En cada rincón oscuro de mi vida, tú eres esa lucecita que ilumina mi camino. Juntos, vamos a escribir nuestra propia historia de amor de barrio, donde los besos sean los protagonistas y la pasión sea la banda sonora. Así que dame tu mano, mi reina, y vamos a conquistar el mundo juntos, demostrándole al universo que hasta los malandros pueden amar de verdad.

Llegaste a mi vida como una joya entre tanta picaresca, amor malandro que me robó el corazón y me hizo perder la cabeza por completo. Tú y yo, dos ladrones de suspiros, viviendo un romance al límite, donde el peligro se disfraza de pasión. En este juego de amores prohibidos, tú eres mi delincuente favorito y yo soy tu cómplice de emociones desbocadas. Somos dos almas callejeras que se encontraron en medio de la oscuridad, dispuestas a desafiar todas las normas y conquistar el mundo enredados en nuestras miradas llenas de complicidad. No importa cuántas barreras pongan en nuestro camino, nuestro amor malandro siempre encontrará la forma de sobrevivir, porque juntos somos invencibles.

Ponte pilas, mi amor malandro, que si tú fueras una paca de billetes, yo sería un ladrón dispuesto a robarte el corazón con cada beso furtivo.