Tu amor me tiene tan mareado que ya no sé si estoy en el paraíso o en la montaña rusa. Pero sabes qué? ¡Me encanta cada giro inesperado!
Me gustas tanto, que contigo hasta los chistes de papá me parecen graciosos. Como tú, ¡una bendición en forma de risas!
No sé si es amor verdadero o si solo necesitas que te cocine mi famoso pastel de chocolate, pero estoy dispuesto a dejarte probar un pedacito de mi vida.
Me sube la temperatura más que una pizza recién salida del horno, eres mi pedazo de queso favorito que derrite mi corazón y mi estómago.
No sé si eres un ángel o si tengo demasiada miopía, porque desde que te vi, no hago más que chocar con las paredes de mi corazón.
Si tú fueras un meme, seguro serías el «Amor Prohibido» porque me haces reír a carcajadas y al mismo tiempo me derrites el corazón.
Yo no soy un poeta, pero contigo cualquier verso rima. Eres el chiste que me saca sonrisas y la risa que me enamora. Juntos, cada doble sentido se vuelve una carcajada cómplice, porque en nuestro amor no hay espacio para las risas falsas. Y es que contigo, hasta los chistes más tontos se vuelven románticos. Como aquella vez que dijiste que eras mi «media naranja» y te respondí que prefería ser tu «rodaja de pizza». Porque en este amor nuestro, el humor y el amor se funden en un abrazo infinito de felicidad.
Aunque me dijeron que tú eras muy directa, nunca imaginé que mi corazón terminaría tan doblemente sentido, entre risas y suspiros, por culpa de tu encanto irresistible y tus chistes que desatan mariposas en mi estómago.
Cuando te miro, el tiempo se detiene y me doy cuenta de que eres mi equis en esta ecuación química llamada amor. Eres el electrón que carga mi corazón positivamente, pero cuidado, porque si me acerco demasiado, podríamos crear una explosión de emociones que solo tú y yo entenderíamos.
En el amor, me siento como un cactus: duro por fuera pero suave por dentro. Y si te acercas demasiado, cuidado con las espinas que te puedo clavar en el corazón, ¡pero siempre será con amor!
Cuando te digo que eres mi otra mitad, no me refiero a que me hayas amputado y ahora solo tenga medio cerebro, ¡es que juntos somos una genialidad a medias!
¡Eres mi café mañanero, porque sin ti no funciono y siempre me pones caliente!
Cuando me dices que eres el dueño de mi corazón, espero que no quieras decir que tengo que pagarte una cuota mensual por vivir en él. Porque, sinceramente, soy pésimo con las hipotecas y mi amor no viene con garantía de devolución.
Tú eres la mermelada de mi tostada, la salchicha de mi hot dog y el queso de mi nacho. ¡Eres el complemento perfecto que le da sabor y diversión a mi vida amorosa!
Me falta un tornillo en la cabeza, pero agradezco que tú llenes todos los huecos en mi corazón. Eres mi pieza perfecta para armar un amor divertidamente desquiciado.
Si el amor fuera un juego de palabras, tú serías mi chiste favorito, porque siempre me haces reír con tus dobles sentidos y tus ocurrencias que me hacen perder la cabeza y el equilibrio. Eres mi caramelito de ambigüedad, mi musa de los juegos de palabras, y aunque a veces me confundas, sé que al final siempre nos entenderemos entre risas y carcajadas.
¡Mi amor por ti es tan grande que podría llenar un estadio de fútbol, lo malo es que también necesitaría a Messi para hacerlo un poco más interesante!
Cuando te vi por primera vez, me quedé sin palabras y sin aire… como cuando intento inflar un globo con la boca.
Me enamoré de ti, y ahora mi mente está tan nublada que necesito un GPS para encontrar el camino hacia tu corazón. Eres la desorientación más hermosa que me ha pasado en la vida.
Enamorarse de ti es como jugar al escondite: siempre me encuentro sonriendo, pero no estoy seguro si es porque te encontré o porque estoy disfrutando de la búsqueda constante.