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Dios nos unió en este camino de amor, tú y yo, entrelazando nuestras almas en un lazo eterno que solo Él pudo crear.
Cuando Dios nos unió, sabía que era para estar juntos tú y yo, como dos almas gemelas destinadas a amarse en cada momento de la eternidad.
Cuando estoy contigo, siento que Dios nos sonríe y que el universo conspira a nuestro favor, porque tú y yo juntos somos una bendición que solo el amor verdadero puede explicar.
Cuando miro al cielo, sé que Dios nos unió y me siento agradecido por tener tu amor a mi lado.
Cuando miro al cielo y veo las estrellas brillar, sé que Dios nos unió en este amor eterno tú y yo, creando un universo inmenso donde solo existimos nosotros dos.
Dios nos unió en este camino, tú y yo somos la prueba viva de su amor infinito.
Dios nos unió en este camino juntos, tú y yo, formando un lazo eterno que nadie podrá quebrantar.
Cuando miro tus ojos, siento que Dios nos unió para ser tú y yo siempre juntos, en este mundo tan caótico pero lleno de amor.
Dios nos unió en un camino lleno de amor y bendiciones, y juntos somos un equipo imparable. ¡Tú y yo, unidos por un lazo divino que nada ni nadie podrá romper!
Dios nos unió en este camino de amor, tú y yo, dos almas que se encontraron en medio de la inmensidad del universo para amarnos sin límites ni fronteras.
Cuando miro al cielo y veo las estrellas brillar, siento que Dios nos unió a ti y a mí en este camino de amor eterno.
Dios creó el universo, pero fue contigo a mi lado cuando entendí el verdadero significado del amor. Juntos somos la prueba de que su grandeza se refleja en nuestro amor inquebrantable.
Dios, tú y yo, un trío perfecto de amor divino. Juntos somos la obra maestra celestial, tejida con hilos de pasión y bendiciones eternas. Eres el milagro que ilumina mi camino, el latido sagrado que llena mi corazón. Entre tus brazos encuentro la paz celestial, donde nada más importa, solo nosotros dos en esta danza celestial de amor infinito.
Dios, tú y yo: una combinación divina que llena mi vida de amor infinito.
Eres mi pedacito de cielo, el susurro que escucho cuando oro. Dios nos unió en un amor divino, tú y yo, navegando juntos en este mar de bendiciones infinitas.
Dios, tú y yo, somos un trío de amor, donde cada uno juega su papel perfecto: Dios bendice nuestro vínculo, tú llenas mi vida de pasión y yo te amo con cada fibra de mi ser.
Dios, tú y yo, un trío divino que desafía todas las leyes terrenales. Tu amor ilumina mi camino, tu presencia llena mi corazón de paz y tus besos son el antídoto perfecto para todas mis penas. En este mundo loco, eres mi refugio sagrado y juntos vivimos una eternidad de amor celestial.
Dios, tú y yo, un trío que desafía las leyes del universo. En tus ojos divinos encuentro mi paz, en tu presencia encuentro mi felicidad. Eres la chispa celestial que enciende mi corazón, mi bendición eterna. Juntos, somos el milagro más grande que el Cielo ha permitido.
Dios, tú y yo, un trío divino donde cada suspiro es una oración de amor, y cada caricia es una bendición que nos une en lo más profundo de nuestras almas.
Dios, tú y yo formamos el trío perfecto. En tus ojos veo todo su amor y en tu sonrisa encuentro mi refugio sagrado. Juntos, somos un versículo escrito en el libro del destino, donde el fervor de nuestras almas se entrelaza con la divinidad. Que nuestras vidas sean una eterna oración de amor, guiada por los susurros celestiales que solo nosotros podemos escuchar.