Viviana, desde que entraste a mi vida, todo en ella adquirió un brillo especial. Tus ojos son dos luceros que iluminan cada rincón de mi corazón y tus labios son la melodía que me hace perderme en un dulce suspiro. Eres mi razón de sonreír cada día y la dueña absoluta de mis pensamientos más románticos. En cada latido, te llevo conmigo y en cada palabra de amor, encuentro una forma de decirte cuánto te amo. Juntos, caminaremos por el sendero del amor, construyendo recuerdos inolvidables y viviendo siempre ese idilio que solo tú y yo conocemos. Viviana, eres mi pedacito de cielo en la tierra y no puedo esperar a seguir escribiendo nuestra historia de amor infinita.