frases de amor tóxico

Aunque sé que tu presencia me consume como un veneno, prefiero arder en el fuego de nuestro amor tóxico que vivir en la fría soledad de la indiferencia.

Me perdí en el laberinto de tus mentiras, pero aún así te sigo queriendo, aunque sé que debería soltarte y encontrarme a mí mismo en el proceso.

Me enamoré de tu toxicidad, de ese veneno que me consume y me atrapa. Tu amor es como una droga adictiva que me hace perder el control, pero no puedo dejar de quererte. Eres mi perdición y mi salvación, todo en uno. En cada pelea, en cada lágrima, sigue latiendo ese amor que nos destruye y nos amarra. Y aunque sé que debería alejarme, me quedo aquí, aferrado a ti, porque sin tu toxicidad, simplemente no sé cómo vivir.

Me amas con una pasión que me asfixia, me consume y me vuelve adicto a tu toxicidad. Eres mi veneno y mi dulce perdición, pero no puedo evitar quererte, aunque sé que me estoy destruyendo con cada beso tóxico que compartimos.

Me encanta sentir cómo tus palabras venenosas sueltan sus dardos en mi corazón, porque aunque me lastimen, solo quiero seguir sintiendo algo por ti.

Me aferré a ti como un adicto a su droga, sin darme cuenta de que me estaba consumiendo lentamente por dentro. Tu amor tóxico se convirtió en mi mayor veneno, pero aún así, no puedo dejar de anhelarte.

No puedo ser culpable de amarte hasta la locura, sabiendo que en cada beso tóxico me enveneno un poco más, pero aún así, soy adicto a esa dulce destrucción que solo tú puedes ofrecer.

Amar a alguien tóxico es como beber veneno esperando que te haga sentir mejor, pero al final solo te envenena el alma y te hace perder la esencia de tu ser.

Me encantaría decirte que eres mi todo, pero la verdad es que eres mi droga, esa adicción que me destruye por dentro pero a la que no puedo resistirme.

Me gusta perderte en mis pensamientos, pero me asusta cómo me encuentro en ellos. Tu amor tóxico me envuelve como una adicción insana, pero no puedo evitar decir que eres mi droga favorita.

Me enamoré de la tormenta que llevas por dentro, una tempestad intensa que me hacía sentir viva y a la vez me destrozaba en mil pedazos. Éramos adictos a la toxicidad de nuestros besos, al veneno de nuestras palabras. Nos arrastrábamos mutuamente hacia el abismo, sabiendo que nos ahogábamos pero negándonos a soltar esa cuerda que nos unía. Entre lágrimas y discusiones, nos juramos amor eterno mientras nuestras sonrisas se desvanecían. Nos amamos tanto que nos dañamos tanto. Ese amor tóxico nos consumió por completo, dejándonos con cicatrices que no desaparecerán fácilmente. Ahora que me alejo de ti, entiendo que el amor no debe doler, que merezco algo más sano y real. Pero siempre llevaré grabado en mi alma aquel caos hermoso que fuimos, dispuesta a aprender y a amar sin lastimar.

Tú eres el veneno que corre por mis venas, el caos que necesito para sentirme vivo. Nos hacemos daño en cada abrazo, nos enredamos en la toxicidad de nuestros besos. Somos como una droga adictiva, siempre volviendo por más, aunque sepamos que nos estamos destruyendo lentamente. Y aunque sé que debería alejarme, mi corazón insiste en quedarse, atrapado en este amor tóxico del que no puedo escapar.

Me entregué a su amor, pero sin darme cuenta, me estaba asfixiando lentamente. Atrapado en un ciclo de obsesión y control, su amor tóxico me convertía en una marioneta sin voz ni libertad.

Me pierdo en tus laberintos oscuros, donde el amor se mezcla con la toxicidad y las heridas son tatuajes que no puedo borrar.