Aunque me hagas daño, prefiero estar contigo a quedarme solo en esta vida. Tu amor tóxico es adictivo, como una droga que me consume y me hace sentir vivo, aunque al final me deje vacío por dentro.
Aunque me hagas daño, prefiero estar contigo y sentir tus manos frías en las mías, a estar solo y sentir mi corazón frío sin ti.
Estoy tan obsesionado contigo que me encanta controlar cada uno de tus movimientos, porque así sé que siempre estarás a mi lado. Eres mía y de nadie más, ¿entendido?
No puedo vivir sin ti, aunque me hagas daño, tu amor me consume de una forma siniestra que me hace sentir vivo. Tu toxicidad es adictiva y no puedo escapar de ti, eres mi veneno favorito.
Me siento tan adicto/a a tu presencia que cuando no estás, siento que me falta el aire. Aunque sé que nuestra relación es un torbellino de emociones intensas y discusiones constantes, no puedo evitar querer más de ti. Eres mi veneno y mi remedio, mi amor tóxico del que no quiero desintoxicarme.
Eras mi droga favorita, la adicción que no quería dejar. Tu amor era como una llama ardiente que me consumía por dentro, pero aún así prefería arder a tu lado que apagar la llama y sentirme vacío. Ahora sé que hay amores que son veneno disfrazado de dulzura, pero aún así no puedo evitar anhelar tu toxicidad en cada rincón de mi ser.
Aunque sé que nuestro amor es un incendio que nos consume lentamente, no puedo evitar seguir siendo adicto a tus llamas que me queman por dentro y me hacen sentir vivo en medio de la destrucción que causan en mi ser.
Sabía que me hacías daño, pero prefería sentir tu veneno en mis venas antes que enfrentar la realidad. Eras mi droga favorita, incluso sabiendo que me estabas matando lentamente.
Aunque me duela, prefiero estar envenenado por tu amor toxico que vivir sin probar tu dulce veneno.
Te amé tanto que me convertí en mi propia adicción, intoxicándome con cada gota de tu veneno que llamabas amor.
Dejaste marcas de amor en mi piel, pero también cicatrices que me recuerdan que tu toxicidad era la droga adictiva de la que no quería desintoxicarme.
Me tiré al vacío de tu amor tóxico sin paracaídas, dispuesto a caer en mil pedazos con tal de sentirte cerca, pero ahora me levanto, recojo los pedazos y construyo un nuevo amor, esta vez sano y libre. Aprendí que no puedo permitir que alguien me toxifique el corazón, porque merezco un amor que me haga florecer, no marchitar.
Me duele amarte tanto, sabiendo que en tu abrazo tóxico encuentro mi perdición.
Me haces daño con cada palabra, pero aún así, mi corazón se aferra a ti como un adicto en rehabilitación.
Me perdí en sus abrazos venenosos, donde el amor se convirtió en una droga adictiva y tóxica que no puedo dejar de consumir, aunque sé que me está destruyendo por dentro.
Me dejaste marcado con cicatrices de amor, pero prefiero tenerlas a renunciar a la adicción de tu veneno.
Me perdí entre tus labios venenosos, pero mientras me ahogaba en tu toxicidad, encontré mi adicción más dulce.
Aunque sé que tu amor me envenena, prefiero quedarme y morir con gusto en tus brazos, antes que vivir sin ti y tener un corazón vacío.
Aunque parezca absurdo, me vuelvo adicto a tu veneno. Tu amor es como un vicio que me intoxica y me hace perder el sentido de la realidad. A pesar de las lágrimas y las heridas emocionales, no puedo evitar quererte con locura. Soy consciente de que este amor es tóxico, pero no puedo escapar de tu abrazo asfixiante.
Me entrego por completo a ti, aunque sé que me intoxicas sin piedad. Nuestro amor es veneno que me consume, pero no puedo evitar desearte en cada instante.