Pequeña, eres mi mayor tesoro en este mundo caótico. Cada vez que miro tus ojos chispeantes y escucho tu risa contagiosa, mi corazón se llena de un amor inmenso y eterno. Eres mi razón para sonreír todos los días y mi inspiración para convertirme en el mejor padre posible. Prometo estar siempre a tu lado, apoyándote en cada paso que des y guiándote con mis experiencias. Eres mi princesa guerrera, y siempre estaré aquí para protegerte y amarte sin medida. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, mi dulce hija.
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