Si me preguntaras cuánto tiempo estaré dispuesto a esperarte, te diría que no lo sé. Pero una cosa sí te aseguro: mientras mi corazón siga latiendo y mi amor por ti persista, estaré aquí, resistiendo el paso de los días, aferrado a la ilusión de volver a verte. Porque aunque las circunstancias nos separen, la certeza de nuestro amor siempre me mantendrá a tu lado, en silencio, paciente y lleno de esperanza.
No importa cuánto tiempo pase, te esperaré con el corazón abierto y la paciencia intacta, porque en cada suspiro tuyo, encuentro la razón para creer en el poder infinito del amor.
Aunque el tiempo se empeñe en jugar en nuestra contra, te esperaré con la paciencia de quien sabe que el destino nos tiene guardado un amor destinado a resistir a cualquier distancia.
Te esperaré en cada amanecer y cada atardecer, porque mi corazón no entiende de horarios ni distancias.
Te esperaré, aunque los días se vuelvan semanas y las semanas se conviertan en meses. Mi amor por ti no tiene límites ni fronteras, porque sé que nuestro encuentro será tan épico como nuestras historias de amor.
Seguiré esperándote, porque el amor no entiende de tiempos ni distancias.
No importa cuánto tiempo pase, te esperaré con una sonrisa tonta y el corazón enamorado, porque sé que vale la pena aguardar por nuestro amor.
No importa cuánto tiempo pase, te esperaré con el corazón abierto y las ilusiones intactas, porque sé que nuestro amor es más fuerte que cualquier distancia que nos separe.
Te esperaré en cada amanecer, dibujando sonrisas en mi rostro y susurrando al viento nuestros secretos.
Te esperaré en el desorden de mis pensamientos, en la inquietud de mis sueños y en cada latido fugaz de mi corazón, porque tú eres la única melodía que quiero entonar en esta sinfonía llamada amor.