Te encontré en mis sueños y ahora no sé si te extraño más aquí, despierto, o cuando me sumerjo en las profundidades de mis pensamientos. Tus palabras son como el néctar que alimenta mi alma y tus besos son el elixir que me hace sentir vivo. Eres mi musa, mi inspiración eterna, mi propio mundo platónico convertido en realidad.
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