Sara, mi musa eterna

Sara, desde el primer momento en que te vi, supe que me habías robado el corazón sin pedir permiso. Tu sonrisa ilumina mis días más oscuros y tus abrazos me envuelven con una calidez que no encuentro en ningún otro lugar. Eres mi razón para levantarme cada mañana y la musa de todas mis poesías románticas. Contigo, cada instante se convierte en un cúmulo de emociones, aventuras y risas infinitas. No puedo evitar perderme en tu mirada y sentir que el mundo entero desaparece a nuestro alrededor. Eres mi persona favorita, mi confidente y mi compañera eterna de travesuras amorosas. En cada beso tuyo encuentro la inspiración para seguir escribiendo nuestra historia de amor, llena de complicidad y pasión. No hay duda alguna: contigo, Sara, el amor tiene un sabor mucho más dulce y el universo se vuelve un lugar mágico.