Aunque mi corazón se empeñe en amarte, sé que nuestro amor es imposible, como querer abrazar una estrella fugaz. Pero prefiero haberme perdido en tus ojos alguna vez, a no haber sentido la explosión de emociones que despiertas en mí. Es mejor vivir el amor aún en lo imposible, que renunciar a sentirlo y quedarse con el vacío de no intentarlo.
Aunque el destino nos empeñe en separarnos, mi corazón se aferra a la esperanza de que algún día, en alguna dimensión, nuestras almas se encuentren y se reconozcan, desafiando así la imposibilidad del amor.
Quizás sea un amor imposible, pero prefiero perderme en la ilusión de tus ojos que renunciar a la posibilidad de tocar tu corazón.
Si tan solo pudiera desafiar las leyes del tiempo y el destino, pero en este rompecabezas de amor, nuestras piezas no encajan.
Aunque sé que nuestro amor es imposible, mi corazón se empeña en soñar contigo cada noche, esperando que algún día la realidad decida derrumbar las barreras que nos separan.
Aunque sé que en tus brazos mi amor es imposible, siento que en cada mirada furtiva se crean universos secretos donde solo existimos tú y yo, atrapados en un eterno laberinto de deseos no cumplidos.
Aunque sé que nuestro amor es imposible, mi corazón se niega a dejar de latir por ti, como si el destino quisiera burlarse de mis sentimientos sin piedad.