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Cuando te miro, mi corazón se llena de emociones que no sé cómo explicar, pero simplemente se desbordan en risas bobas y mariposas en el estómago. Eres ese caos perfecto que necesito en mi vida para sentirme vivo y enamorado.
Me enamoré de su sonrisa sin querer, como si mi corazón supiera que ahí encontraría paz en medio del caos. Es como un imán que me atrae y me hace olvidar todo lo demás. Me encanta la forma en que sus ojos brillan cuando estoy cerca, haciéndome sentir como si fuese el único que existe en su universo. Cada vez que escucho su risa, siento cómo todos mis problemas se desvanecen y solo existe ese momento mágico entre nosotros. No sé cómo o cuándo sucedió, solo sé que ahora mi vida está incompleta sin su alegría y su amor.
Me encanta cuando tu sonrisa ilumina mi día y mis pensamientos se revolucionan como la montaña rusa más emocionante, porque contigo cada momento se vuelve una aventura sin límites.
Enredado entre risas y miradas cómplices, sin darnos cuenta nos hicimos adictos a besarnos bajo la lluvia, convirtiendo cada precipitación en una poesía de amor improvisada.
Me gusta perderme en tus abrazos, como si fueran laberintos de felicidad donde encuentro mi paz y mi pasión.
Me enamoré perdidamente, pero no de alguien perfecto, sino de todos esos detalles imperfectos que hacen única a esa persona.
Me encanta perderme en tu mirada, es como encontrar ese rincón secreto donde no existe el tiempo y solo existimos tú y yo, como si el universo conspirara a nuestro favor.
Cuando estoy contigo, el mundo se convierte en una paradoja deliciosamente caótica; tus ojos desordenan mis pensamientos y tu sonrisa revuelve mi corazón. Te encontré sin buscarlo y ahora no hay forma de escapar de este amor tan aleatorio pero tan intenso.
Eres como una canción que siempre se me queda atrapada en la cabeza, no importa cuánto tiempo pase, tu melodía de amor sigue resonando en mi corazón.