Yo soy mi propio amor verdadero, mi mayor romance y mi número uno en esta historia llamada vida. No necesito a nadie más para completarme, porque me encuentro en cada pedacito de mi ser. Me abrazo, me apoyo y me valoro, porque sé que merezco lo mejor. Mi amor propio es el motor que impulsa mis sueños y me guía hacia la felicidad.
Amarme a mí mismo es como ponerle glitter a mi alma, haciendo que brille con deslumbrante resplandor mientras bailo al ritmo de mi propia melodía.