Soy mi propio lienzo en el vasto mural del amor, coloreando con la fuerza de mi autenticidad y valentía, dejando mi huella en cada pincelada de libertad que trazo en mi vida.
Vivo y amo en colores vibrantes, pintando cada pincelada de mi ser con heridas sanadas y cicatrices que me hacen única. Mi amor propio es un autorretrato en constante evolución, una obra maestra en la que acepto mis imperfecciones y celebro mi belleza interior. Soy mi propio lienzo, donde las palabras de Frida Kahlolirán para siempre: «Pies, para qué los quiero si tengo alas para volar».
Soy mi propia obra de arte, llena de colores y cicatrices, pero siempre orgullosa de mis pinceladas imperfectas.
Me miro al espejo y veo en mis ojos el reflejo de un amor propio que no se cansa de brillar, porque soy mi propia musa, mi propia fuerza y mi propia revolución.
Me miro al espejo, con mis cicatrices y mis colores vibrantes, y descubro que amarme a mí misma es la obra de arte más maravillosa que puedo crear. Frida estaría orgullosa.