Sé que no puedo evitarlo, pero mi corazón decide enamorarse de quien no puede corresponderme. Es una cruel ironía que cada latido sea una gota de nostalgia que se derrama en mis ojos, pero mientras tanto, seguiré amándote en silencio, ahogando mis lágrimas en el océano de un amor no correspondido.
Me di cuenta de que el amor es como un boomerang, siempre regresa a quien lo lanzó. Pero en mi caso, ese boomerang se perdió en el camino y nunca volvió a mí. Y aquí estoy, llorando en silencio mientras veo al amor iluminar el rostro de otros, pero quedándome a oscuras sin poder alcanzarlo.
Aunque mi corazón late por ti, sé que soy invisible en tus ojos. Me ahogo en el océano de mis lágrimas, deseando que algún día reconozcas el amor que tanto te he entregado. Pero mientras tanto, mi alma se consume en la penumbra, recordándote en cada suspiro que doy. No hay dolor más cruel que amar sin ser amado, y en esta triste realidad solo encuentro consuelo en mis lágrimas silenciosas.
Es terriblemente dulce cuando tus ojos encuentran a alguien que despierta todas tus emociones y te hace soñar con un amor eterno. Pero cuando ese alguien no te corresponde, el sabor de esa dulzura se convierte en amargo como el llanto que brota de mi corazón herido.
Aunque mi corazón se empeñe en amarte, sé que nuestros caminos nunca se cruzarán. El dolor de este amor no correspondido me consume por dentro, pero prefiero llorar en silencio a renunciar a sentirlo aunque sea en los confines de mi alma.