Tantos caminos por recorrer en este laberinto llamado amor, y aquí estoy, indeciso entre seguir adelante o retroceder.
A veces siento que mi corazón es como un péndulo, oscilando entre el amor y la duda, atrapado en esa eterna incertidumbre de quererte sin saber si debería o no.
A veces me siento como una hoja a merced del viento, indeciso entre caer rendido por ti o bailar al ritmo de la incertidumbre.
A veces me pierdo en un mar de dudas cuando se trata de amor, soy como un barco sin rumbo, navegando entre mares agitados de indecisiones. Pero a pesar de todo, hay algo que no puedo negar: cuando estoy contigo, todas mis incertidumbres desaparecen y el único rumbo que quiero seguir es el de tu corazón.
No sé si amarte con todas mis fuerzas o alejarme para siempre, pero mientras decido, seguiré disfrutando cada momento confuso y apasionado a tu lado.
Me encontré perdido entre tus besos y tus abrazos, sin saber si volar o quedarme aferrado a la tierra. Tu amor me confunde, me hace dudar de mis propios sentimientos, pero aún así no puedo escapar de esta indecisión que me mantiene cautivo en tu dulce incertidumbre.
No sé si quiero saltar al abismo de tus besos o quedarme en la seguridad de mi soledad, pero lo que sí sé es que tu indecisión es el vicio que me mantiene enganchado.
A veces me pregunto si amarte o no amarte, pero al final siempre decido que prefiero amarte aunque sea un poco indeciso.
A veces me pregunto si eres mi destino o solo una casualidad en mi camino, porque cada vez que te veo siento un torbellino en mi corazón, pero también dudas se instalan en mi mente como intrusas que no quieren marcharse.
A veces me miro al espejo y veo cómo mi corazón se debate entre amarte con toda mi alma o simplemente seguir siendo un indeciso profesional en el terreno del amor.
A veces me pierdo en ese laberinto llamado amor, entre el quererte sin medida y el temor de perderte. No sé si lanzarme al abismo de tus brazos o quedarme en la comodidad de mi confusión, pero lo que sí sé es que contigo nunca sabré a ciencia cierta qué camino tomar, y eso, paradójicamente, me hace feliz.
No sé si eres mi todo o solo una parte, pero contigo me siento tan completo y confundido al mismo tiempo.
No sé si amarte es la mejor idea del mundo o la peor de todas, pero lo que sí sé es que ninguna otra duda me llena de tanta emoción como esa.