Hermanito, aunque físicamente ya no estés aquí, sé que siempre serás mi fuerza y guía desde el cielo. Cada recuerdo compartido se convierte en un abrazo invisible que me envuelve y me llena de amor incondicional. Tu partida dejó un vacío imposible de llenar, pero tu legado de alegría y valentía seguirá brillando en mi corazón por siempre. Te extraño a cada instante, pero me consuela saber que incluso en la distancia, seguimos siendo inseparables.
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