María, tú eres mi sol en días nublados, mi canción favorita que no deja de sonar en mi cabeza y mi razón para sonreír cada mañana. Eres ese café caliente que despierta todos mis sentidos y el abrazo que me reconforta cuando todo parece difícil. No puedo imaginar mi vida sin ti, porque eres la fuerza que impulsa mi corazón a latir con más intensidad. Te amo, María, y siempre serás la musa inspiradora de mis más dulces versos de amor.
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