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No puedo dejar de sentir que mi corazón late al ritmo de tus silencios, como si cada pausa fuera un golpe directo a mi alma. Tu ausencia es el eco de una melodía triste que resuena en mis pensamientos, recordándome constantemente lo mucho que te extraño. No importa cuántas lágrimas derrame, seguiré esperando con la esperanza de que algún día vuelvas a iluminar mi gris existencia con el brillo de tu amor.
A veces siento que mi corazón es un disco rayado, siempre repitiendo tu nombre en medio de la oscuridad de mis demonios internos.
A veces siento que mi corazón es un mar embravecido, lleno de tormentas y olas que chocan entre sí, pero cuando estoy contigo todo se calma y encuentro la paz en medio del caos.
A veces siento que mi corazón es un puñado de espinas, pero cuando estás cerca, tus abrazos son el único remedio para calmar mi dolor y convertirlo en amor.
Siento que mi corazón es un tambor desafinado desde que te fuiste, y mis lágrimas son las partituras de una canción triste que solo tú puedes arreglar con un abrazo.
Aunque se que el amor duele, prefiero arder en la pasión de tus ojos tristes que vivir en la indiferencia de un mundo vacío.
Sigo buscando en el horizonte de mis lágrimas la silueta difuminada de tu recuerdo, anclado en mi corazón como un tatuaje eterno que me recuerda que amarte fue morder la manzana prohibida de un jardín marchito.
A veces siento que mi corazón es un puñado de espinas que solo tú puedes acunar con cuidado.
Mi corazón es un mar de lágrimas en el que naufraga tu recuerdo, una tormenta de suspiros que solo se calma con tu presencia.
En la oscuridad de mi alma, encuentro luz en tus ojos vacíos y fríos que me dicen que también estás roto por dentro, y juntos formamos un universo de dolor compartido que solo nosotros entendemos.
A veces siento que mi corazón es un pozo profundo de emociones oscuras, pero al encontrarte a ti, todas esas sombras se convierten en destellos de luz que iluminan mi camino hacia la felicidad.
A veces siento que mi corazón es un pozo sin fondo y tú eres la única luz que logra iluminarlo, aunque a veces también me queme.
A veces siento que mi corazón es un pozo sin fondo, pero cuando te veo, de repente, todo tiene sentido y mis sentimientos se desbordan en un mar de emociones turbulentas.
Mis lágrimas caen al ritmo de tu ausencia, en un corazón que late desesperadamente por ti.
Aunque el sol brille afuera, dentro de mí solo hay oscuridad desde que te fuiste. Tu ausencia es como un invierno eterno en mi corazón, y mis lágrimas son el único recordatorio de lo mucho que te amé.
Mis lágrimas caen como versos de una canción triste, pero en el fondo solo quiero que seas mi luz en medio de tanta oscuridad.
No puedo evitar sentirme como un alma errante, perdida en los rincones oscuros de tu corazón. Tu amor es mi droga, la única capaz de ahogar mi eterna tristeza y hacerme sentir vivo en medio de este mar de desolación. No importa cuánto dolor haya en nuestro camino, siempre estaré dispuesto a atravesar el infierno con tal de encontrar un poco de cielo en tus ojos llenos de tormento. Eres mi oscuridad favorita, mi razón para seguir luchando cuando todo parece desmoronarse. Juntos, somos una tormenta en calma, dos almas rotas que se complementan en su dolor. Te amo en todas las sombras que habitan en mi pecho, en cada lágrima que se funde con la tinta de mis versos tristes.
Aunque mis heridas sean profundas y mi corazón esté en pedazos, el dolor de amarte es lo único que me hace sentir vivo en este oscuro y desolado mundo.
Quizás el amor sea una tormenta oscura que consume mi alma, pero prefiero ahogarme en sus aguas turbulentas que vivir en la monotonía de la indiferencia. Te elegiría una y mil veces, aunque eso signifique perderme en las sombras de mis propios sentimientos.
Me encontré naufragando en un océano de sombras, hasta que tus abrazos se convirtieron en mi faro en la más profunda oscuridad.