Nos encontramos en una eternidad fugaz, donde el amor se vive intensamente, como un suspiro que se escapa entre los labios y se desvanece al caer.
Se te extraña, como un suspiro que se desvanece en el aire sin dejar rastro.
Me entregué a tí como una chispa en el viento, ardiendo intensamente pero condenada a desvanecerse en segundos.