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Mirarte es como perderme en el laberinto de las palabras que escribió Neruda, es como descubrir un verso perdido en la pluma de García Márquez. Tu sonrisa es el tintero donde se sumergen mis sueños y tus ojos son las letras que dan vida a mis historias. En este mundo literario que hemos creado juntos, tú eres mi capítulo favorito, mi párrafo más intenso y mi frase perfecta.
Me encontraste enredado entre las letras de mis versos, pero fue en tus ojos donde descubrí el poema más hermoso que jamás había escrito.
En el desván de mis pensamientos, encontré un amor tan intenso que solo las palabras de un escritor podrían describirlo. Y allí estaba, como una pluma danzando en el viento, escribiendo versos clandestinos en mi corazón. Ese amor que me envuelve y me consume, que me inspira a crear historias donde los protagonistas somos tú y yo. Porque el amor, querida amante de mis letras, no se limita a páginas en blanco, sino que trasciende las barreras del tiempo y espacio para convertirse en nuestra propia obra maestra.
En este instante olfateo el aroma de tu piel y saboreo la dulzura de tus labios, mientras me pierdo en las palabras no dichas por los escritores famosos, porque ninguno de ellos supo plasmar en su tinta la pasión desbordante que siento por ti.
Desperté con la certeza de que el amor es ese maldito eufórico caos que me hace perder las palabras, pero encuentro en tus ojos la poesía que nunca supe escribir.
Me enamoré de su sonrisa, de ese destello de luz que ilumina mi mundo oscuro. Como dijo Neruda, «te amé hasta el punto de no regresar jamás», y es que contigo descubrí lo que es amar de verdad, sin temores ni barreras. Eres la musa de mis letras, la inspiración que dibuja palabras de amor en mi corazón. Cada instante a tu lado es un poema eterno que se escribe en nuestras miradas. Te amo con locura, como solo un escritor enamorado podría hacerlo.
En el vasto lienzo del amor, soy el poeta que se desborda de versos y suspiros. Mis palabras, como pinceles enamorados, pintan los latidos de mi corazón mientras tu presencia colorea mi existencia con tonalidades infinitas de pasión.
Quiero ser el tintero que moja tu pluma, la página en blanco que ansía ser escrita con tus besos, la historia de amor más hermosa jamás narrada.
Cuando me miras, el tiempo se detiene y mis pensamientos se convierten en palabras escritas en el papel de tu sonrisa. Mi corazón late como una metáfora en tus manos, dejándome sin aliento mientras nuestros versos se entrelazan en el baile eterno de nuestro amor.
Cuando nuestros labios se encuentran, el mundo entero se desvanece y solo existimos tú y yo, como si el tiempo se detuviera para dejarnos vivir nuestro propio cuento de hadas.