Duele aceptar que ya no me quieres, pero prefiero liberarte para que encuentres la felicidad que buscas, aunque mi corazón se quede un poco más vacío sin ti.
Aunque no me quieras a tu lado, siempre te llevaré en mi corazón como un recuerdo imborrable, porque amarte fue mi elección y aprender a soltarte, mi resignación.
Duele aceptar que no me quieras, pero me duele más seguir intentando cuando sé que ya no hay amor en tus ojos.
Aunque tu corazón no me quiera, el mío sigue latiendo por ti, porque amarte se ha vuelto una costumbre que mi alma se niega a abandonar.
Tal vez no me quieras como yo a ti, pero eso no significa que mi amor hacia ti sea menos real o menos intenso. A veces amar es también saber dejar ir, aunque duela en lo más profundo de mi ser.
Aunque no me quieras, mi amor por ti sigue brillando, como una estrella en la oscuridad que nunca se apaga.
Me duele aceptarlo, pero ahora entiendo que el amor no siempre es correspondido. Aunque duela, debo soltar y permitirme ser amado por alguien que realmente me quiera.
A veces siento que mi amor por ti es como intentar abrazar una sombra, invisible e intangible. Pero aún así, mi corazón insiste en buscarte en cada rincón vacío, esperando contra toda razón que algún día encuentres la luz para poder verme y amarme en retorno.
Quizás no quieras estar conmigo, pero mi amor por ti sigue siendo real y sincero. Aunque no me correspondas, seguiré amándote en silencio, porque lo importante para mí es que seas feliz, incluso si no es a mi lado.
Duele saberte lejos, pero aún más duele amarte sin que tú me quieras.
Aunque tu amor sea como el sol, yo prefiero disfrutar de la luna que me ilumina en las noches solitarias.
A veces, el amor es como un perro que espera ansioso a su dueño, pero nunca recibe una caricia.
Aunque no sientas lo mismo por mí, seguiré amándote en silencio, porque prefiero amarte en secreto a dejar de amarte por completo.
Aunque duela aceptarlo, a veces el amor nos encuentra en caminos donde no somos bienvenidos. Pero en medio de esa desdicha, siempre quedará un rastro de mi amor propio que me impulsará a seguir adelante, recordándome que merezco a alguien que valore todo lo que soy.
No sé si te amaré para siempre, pero sí sé que merezco a alguien que me quiera sin condiciones. Y si tú no puedes ser esa persona, lo siento, pero seguiré buscando a alguien que no tenga miedo de amarme como merezco.
Aunque duela aceptarlo, a veces amamos tan intensamente a alguien que nos olvidamos de amarnos a nosotros mismos. Pero sabes qué, no voy a perder mi tiempo rogando por un amor que claramente no me quieren devolver. Así que hoy me levanto con la certeza de que merezco a alguien que me elija, me valore y me ame sin condiciones. Y mientras tanto, me amaré lo suficiente por los dos.
Aunque haya aullidos de silencio en mi corazón, seguiré amándote sin medida, incluso cuando tus ojos no sepan qué hacer con todo el amor que tengo para ofrecer.
Aunque a veces me duela aceptarlo, prefiero soltar tu mano y seguir adelante, porque merezco a alguien que no tenga miedo de amarme y demostrarme cada día lo mucho que valgo.
Aunque no me quieras como yo a ti, seguiré amándote en silencio, porque el amor no entiende de reciprocidad, solo de darlo todo sin esperar nada a cambio.
Quizá no me quieras como yo quisiera, pero eso no detendrá el amor que siento por ti. Seguiré luchando por ti, aún sabiendo que tal vez nunca seremos más que un suspiro fugaz en la historia de nuestros corazones.