Cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí una explosión de neurotransmisores en mi cerebro que confirmó científicamente que eres mi reacción química favorita.
Cuando estamos juntos, mi corazón late a una frecuencia tan acelerada que puedo asegurarte que la ley de la conservación de la energía no aplica para el amor, porque cada vez que te veo, siento que mi energía se multiplica y no se disipa.