Cautivado por Daniel

Daniel, desde que apareciste en mi vida, siempre has sido la melodía que alegra mis días grises y el sol que ilumina mis noches más oscuras. Cada segundo a tu lado es un instante mágico donde todo parece cobrar sentido y las mariposas en mi estómago se vuelven expertas en hacer acrobacias. No sé cómo lo haces, pero con solo mirarme, logras desarmar todas mis barreras y hacerme sentir tan vulnerable y a la vez tan protegida. Eres mi confidente, mi cómplice y el dueño indiscutible de mi corazón. Y aunque el destino nos juegue sus cartas y la vida sea un constante caos, quiero que sepas que siempre estaré aquí, dispuesta a amarte sin medida y a escribir contigo nuestra propia historia de amor, llena de risas, complicidad y una pasión que incendia cada rincón de nuestra existencia. Porque eres tú, Daniel, quien me enseñó que el amor verdadero no se encuentra, sino que se construye con paciencia, entrega y una pizca de locura. Y yo, sin duda alguna, estoy dispuesta a construir nuestro castillo de amor y aferrarme a ti en cada momento, porque eres el protagonista de mi cuento más hermoso.