En este sagrado momento, en presencia de Dios y de nuestras familias reunidas, prometo amarte y cuidarte por siempre, porque contigo descubrí que el amor verdadero es la mayor bendición que podemos recibir.
Desde el primer día supe que nuestro amor estaba destinado a sellarse ante la presencia de Dios. Hoy, en este sagrado recinto, prometo amarte y respetarte todos los días de mi vida. Juntos, construiremos un futuro basado en la fe, el amor y la confianza. ¡Que Dios bendiga nuestro matrimonio para siempre!
Hoy, frente al altar, prometo amarte en cuerpo y alma, en las buenas y en las malas, porque contigo he encontrado mi paz y mi felicidad eterna. Que Dios bendiga nuestro amor y guíe nuestros pasos por el camino de la fe y la comprensión mutua.
Cuando te vi por primera vez en la iglesia, supe que estábamos destinados a estar juntos para siempre. Nuestro amor fue bendecido por Dios y hoy, en esta boda religiosa, prometo amarte y respetarte todos los días de mi vida. Juntos, caminaremos de la mano hacia el altar del amor eterno.
Cuando me arrodillo ante Dios para pedirte en matrimonio, siento que nuestras almas se unen en una comunión eterna. Juntos, en esta boda religiosa, prometo amarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, porque nuestro amor es un milagro divino que celebro cada día.
En este altar sagrado, prometo amarte en el nombre del amor, la fe y la eternidad. Juntos construiremos un camino lleno de bendiciones y alegrías, porque nuestra unión es un regalo divino que celebramos con gratitud y entrega total.
En este día sagrado, ante Dios y nuestros seres queridos, prometo amarte y cuidarte todos los días de mi vida. Juntos construiremos nuestro hogar en la fe y el amor que nos une, siendo testigos del milagro de nuestra unión eterna.
Hoy, delante de Dios y de todos los que nos aman, prometo amarte y respetarte cada día de mi vida, en esta boda religiosa sellamos nuestro amor con la bendición divina que nos guiará por el camino del amor eterno.
Hoy, en la presencia de Dios y de todos los que amamos, prometo amarte y cuidarte cada día de mi vida, porque contigo siento que mi corazón ha encontrado su hogar.
Mi amor, hoy unimos nuestras almas ante la presencia divina, prometo amarte en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad. Juntos, seremos testigos del amor eterno que Dios ha tejido entre nosotros. ¡Te amo hoy, mañana y por toda la eternidad!
Cuando te vi por primera vez en la iglesia, supe que mi vida estaba destinada a ser bendecida con tu amor eterno. Hoy, ante Dios y nuestros seres queridos, prometo amarte, respetarte y cuidarte todos los días de mi vida. Juntos, nuestro amor será la mayor celebración que perdurará por toda la eternidad.
Prometo amarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, porque contigo encuentro la fuerza para seguir adelante. Juntos construiremos un hogar lleno de amor y bendiciones, donde Dios sea el centro de nuestra unión. Gracias por elegirme para ser tu compañero/a de vida, te amo hasta el infinito y más allá.
Hoy, ante Dios y nuestros seres queridos, nos unimos en sagrado matrimonio para caminar juntos en la fe, el amor y la esperanza. Que nuestro compromiso sea un reflejo de la bendición divina que nos guía en este nuevo capítulo de nuestras vidas.
En el altar, frente a Dios y nuestros seres queridos, prometo amarte en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, porque mi amor por ti es eterno y sagrado. Juntos construiremos un futuro lleno de bendiciones y amor, honrando siempre la fe que nos une como pareja.
Cuando miro tus ojos en el altar, siento que Dios nos unió en este momento sagrado para amarnos por toda la eternidad.
Desde el altar, frente a Dios y rodeados de seres queridos, prometo amarte hasta que nuestros corazones dejen de latir. Juntos construiremos un camino lleno de fe, amor y bendiciones, porque contigo, cada día es una celebración de nuestra unión sagrada.
Durante este sagrado enlace, nuestros corazones se unen en un amor eterno que solo puede ser bendecido por Dios. Juntos caminaremos hacia el altar con la fe como nuestra guía, prometiéndonos amor y fidelidad en presencia de nuestros seres queridos y del Todopoderoso. Este día santo marca el inicio de nuestro viaje juntos, confiando en que Él será nuestro refugio y fortaleza en cada paso que demos como esposos. ¡Que nuestro amor crezca más fuerte con cada bendición divina que recibamos!
Una vez que nos unamos en matrimonio ante Dios, nuestras almas serán una sola, nuestros corazones latirán al unísono y nuestro amor será eterno. ¡Que este día sagrado sea el inicio de una vida juntos llena de bendiciones y felicidad!
Hoy, delante de Dios y de todos los que nos aman, prometo amarte, respetarte y cuidarte cada día de mi vida. Juntos, construiremos nuestro futuro sobre la base del amor y la fe que nos une.