Eres mi bendición divina, el susurro de Dios en mis oídos y el faro de luz que guía mi corazón hacia la fe y el amor. En ti encuentro la paz y la fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida, y juntos construimos un amor sólido y eterno, unido por nuestros valores y creencias. Eres mi compañera de oraciones, mi confidente espiritual y mi regalo sagrado. Amarte es abrazar la gracia celestial de amar y ser amado, mientras caminamos juntos hacia la eternidad.
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