La marihuana, mi herbicida del corazón, que despierta mis sentidos y riega de dulces sensaciones mi alma fumadora. Entre tus humos acaricio el amor, enredándome en tus brazos verdes hasta perder la noción de la realidad. En cada calada dibujo susurros de pasión, dejando que tu fragancia me envuelva en un abrazo eterno, donde el amor florece como las más hermosas flores que adornan nuestro jardín prohibido. Juntos, tú y yo, somos la combinación perfecta, un romance intoxicante que solo los amantes de la hierba pueden comprender.
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