Cuando miro tus arrugas y escucho tus historias, mi corazón se llena de admiración por todo lo que has vivido y superado. Eres mi ejemplo de amor inquebrantable y fortaleza eterna. Te prometo cuidarte y amarte con la misma intensidad que tú me has enseñado a amar, porque envejecer contigo es mi mayor bendición.
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