Mi pequeña princesa, desde que llegaste a mi vida cada segundo a tu lado es un regalo de amor infinito. Tus sonrisas iluminan mi mundo y tus abrazos son mis refugios más dulces. Eres mi fuerza, mi alegría y la razón por la que cada día despierto con el corazón rebosante de felicidad. Te amo tanto que no me alcanzan las palabras para expresarlo, pero espero que siempre sientas mi inmenso amor rodeándote como un cálido abrazo. Eres el tesoro más valioso que tengo y estaré siempre aquí, junto a ti, en cada paso de tu camino.
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