Papá, gracias por ser mi héroe de todos los días, por enseñarme a amar incondicionalmente y por ser mi mayor apoyo cuando el amor se vuelve un laberinto confuso. Eres el ejemplo vivo de que el amor no tiene límites y de que a pesar de las adversidades, siempre hay una solución en forma de abrazo cálido y palabras sabias. Te amo con todo mi corazón, con ese amor que solo un padre puede despertar en su hijo. Gracias por ser mi refugio en las tormentas y por enseñarme a escribir mi propia historia de amor, siempre contigo como protagonista.
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