Mi nieta, eres mi sol radiante en días nublados, mi dosis diaria de amor y alegría. Cada abrazo tuyo es un pedacito de cielo que se instala en mi corazón, haciéndolo latir más fuerte y llenándome de una felicidad indescriptible. Eres el tesoro más precioso que la vida me ha regalado, y cada día me siento afortunado de ser tu abuelo. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar y siempre estaré aquí, dispuesto a apoyarte, protegerte y amarte incondicionalmente.
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