Hoy, con vino en mano y lágrimas de alegría en los ojos, puedo decir que encontré en ti mi confidente, mi compañero de aventuras y mi cómplice de locuras. Juntos tejimos un amor tan sólido como el roble, una conexión que desafía el tiempo y las adversidades. Y en este día de nuestra boda, prometo amarte con cada fibra de mi ser, bailar contigo bajo la luna aunque no haya música, y crear una historia única llena de risas y abrazos interminables. Porque eres mi sueño hecho realidad, mi hogar en cada rincón del mundo y, sobre todo, mi eterno amor.
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