Mi chiquitín, eres el dueño de mi corazón, el protagonista de mis sonrisas y el motor de mi vida. Cada día que pasa, me maravilla ver cómo creces y descubres el mundo con esos ojitos curiosos. No importa qué tan grande te hagas, siempre serás mi niño consentido y protegido. Te amo más que las estrellas en el cielo y más que todos los juguetes del mundo juntos. Eres mi mayor orgullo y sé que juntos podemos conquistar cualquier desafío. Siempre estaré aquí para ti, apoyándote en cada paso que des. Gracias por llenar mi vida de amor incondicional, pequeño tesoro.
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