Aunque ya no estés físicamente a mi lado, tu amor sigue vivo en cada latido de mi corazón. Cada día, en silencio, te envío mis palabras de amor al cielo, confiando en que lleguen hasta ti y te abracen como lo hacía cuando estabas aquí. Sigues siendo mi esposo, mi compañero eterno, y siempre te llevaré conmigo en el rincón más especial de mi alma. Te extraño tanto que a veces duele, pero sé que nuestra conexión trasciende la muerte y que algún día nos reuniremos nuevamente. Mientras tanto, guardaré nuestros recuerdos en mi corazón y seguiré amándote, porque el amor verdadero nunca muere.
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