Cuando te vi, supe que mi búsqueda había llegado a su fin; eras la pieza que le faltaba a mi rompecabezas emocional. Desde aquel momento, cada latido de mi corazón lleva tatuada tu nombre y es incapaz de olvidar el dulce sabor de tus besos. Gracias a ti, el amor de Paulo Coelho dejó de ser solo palabras en un libro y se convirtió en una realidad palpable que vive en cada caricia y mirada cómplice que compartimos.
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