Aunque no estés a mi lado físicamente, mi amor por ti sigue latiendo en cada recuerdo, en cada suspiro y en cada lágrima de añoranza. Sigues siendo mi esposo, mi compañero de vida, aunque ahora estés en el cielo, cuidando de mí desde ahí arriba. Siempre serás el dueño de mi corazón, y a pesar del dolor de tu ausencia, celebraré nuestra historia de amor con cada bocanada de aire que respiro. Te extraño, mi amado esposo, pero sé que nuestro amor trascenderá la eternidad.
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