Abuelito, aunque ya no estés físicamente a mi lado, sé que tu amor sigue vivo en mi corazón. Cada vez que pienso en ti, tus sabias palabras y tus dulces abrazos, siento cómo me envuelven con ese amor incondicional que siempre me regalaste. Aunque te extraño cada día, sé que sigues siendo mi guía desde el cielo, cuidándome y protegiéndome como solo tú lo sabes hacer. Gracias por ser el abuelo más maravilloso del mundo, siempre vivirás en mi memoria y seguirás siendo mi gran ejemplo de amor y bondad. Te quiero para siempre, mi viejito lindo.
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