Dios, tú me enseñaste a amarte sobre todas las cosas, pero también me enseñaste a amar a mi prójimo como a mí mismo. Por eso, cada día trato de ser un reflejo de tu amor en cada acción que realizo y en cada palabra que pronuncio. No importa quién sea, qué haya hecho o cómo piense, pues sé que todos somos hijos tuyos y merecemos ser amados. Así que, con alegría en mi corazón, me comprometo a seguir amándote a ti, Dios mío, y amando a cada ser humano que encuentre en mi camino.
Si quieres puedes leer otras Frases sobre frases de amor a dios y al projimo