Éramos dos almas clandestinas, navegando en el océano de la pasión prohibida. A escondidas, nuestros corazones se encontraban en cada rincón oscuro, susurrándose un amor incendiario que sólo nosotros conocíamos. Juntos, creamos nuestro propio universo secreto, donde los besos se convertían en tesoros robados y los abrazos eran fugitivos de la realidad. En este juego peligroso del destino, nos entregamos sin miedo, sabiendo que el amor clandestino siempre lleva una chispa de adrenalina prohibida.
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