Eres mi pequeña chispa de luz, la dueña de mis sonrisas y la que hace que mi corazón se desborde de amor. Desde el momento en que llegaste a este mundo, supe que mi vida ahora tenía un propósito más grande: cuidarte, protegerte y amarte con todas mis fuerzas. Cada día que paso a tu lado es un regalo invaluable, y cada abrazo tuyo es un recordatorio de que soy la persona más afortunada por tenerte como mi hija. Eres mi razón de ser y mi mayor orgullo, y siempre estaré aquí para ti, en cada paso de tu camino, aplaudiendo tus logros y sosteniéndote cuando tropieces. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, mi dulce niña, y haré todo lo posible para que siempre sientas el amor incondicional que te tengo.
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