Éramos dos almas perdidas en un laberinto clandestino, donde nuestras miradas se entrelazaban en complicidad prohibida. El amor ardía en nuestros cuerpos, pero la razón y el destino nos negaban el encuentro. Así, quedamos atrapados en un juego peligroso, donde solo el corazón sabía el precio de amar en secreto.
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